Hacía tiempo que no subía ninguna entrada, más que nada por falta de tiempo aunque tengo varias cosas en el tintero. La de hoy no es nada especial, tan solo fruto de un paseo matinal por la ladera de la montaña del dos de Mayo en el que fui haciendo fotos sobre la marcha de lo que iba viendo. Algunas de estas fotos fueron hechas a propósito, buscando lugares que ya conocía pero que no tenía documentados, pero otras son de cosas que me fui encontrando sobre la marcha y que creo que tambien son interesantes.
En esta foto se puede ver por donde discurrió el paseo.
Nos hallamos en la ladera sureste de la montaña, concretamente en la parte que se halla entre el final de la calle Liria, el cementerio y el camino de Liria. Es una zona donde a simple vista se pueden ver algunos restos arqueológicos muy interesantes y poco conocidos, como por ejemplo este muro que se observa en la parte inferior de la fotografía y sobre el que volvemos enseguida con más fotos.
Mi intención era empezar el paseo en esta zona, documentar el muro y a continuación subir hasta la zona en obras de restauración del castillo que se ve en la parte superior de la foto para fotografiar un tramo de muralla ibérica próximo.
A escasos metros de estos restos, por la zona situada en el exterior del aparcamiento de un restaurante se encuentra el muro que mencionaba en la primera foto. Se trata de una estructura que a simple vista parece tener cerca de un metro de alto y unos veinte de largo, aunque está semientrerrado y cubierto de chumberas, por lo que podría tener mayores dimensiones. Este muro es de tapial y piedra y en mi modesta opinión podría ser medieval.
Este muro ya lo había visto hace años, pero a escasos metros de él en dirección sur me encontré con una estructura que no conocía y que me llamó la atención enseguida.
Se trata de estos restos que se pueden ver marcados en el interior del círculo. A simple vista se ve que forman un cuadrado. Desde donde me encontraba estaba complicado acceder y no pude verlos de cerca, pero a simple vista se nota que forman una estructura cuadrada o rectangular elaborada con sillares. Tampoco pude comprobar si era una estructura de piedra en seco o estaban unidos con argamasa. Podría ser la cimentación de un torreón, pero tambien restos modernos de alguna casa de aperos, bancales, etc. Queda pendiente una visita más detallada.
A continuación me dispuse a ascender hacia la parte superior de la montaña, mi objetivo era este lienzo de muralla que se puede ver justo debajo de los andamios. Es un tramo accesible para cabras, es decir: no os recomiendo que subáis por donde yo lo hice, pero como me he criado allí al lado no era la primera vez que lo hacía.
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Tanto en esta zona como en el resto de la ladera de la montaña el suelo está literalmente tapizado con cientos de fragmentos de cerámica de todo tipo: tejas, ladrillos, cacharros, etc. Normalmente los que te encuentras en superficie son los más modernos, pero debido al arrastre de las lluvias tampoco es difícil dar con fragmentos de sigilata romana, cerámica medieval, islámica, etc. Hay que tener en cuenta que en épocas antiguas el servicio de recogida de basuras y trastos del castillo consistía en lanzarlos muralla abajo.



Una vez arriba viene la primera sorpresa: la continuación del muro hacia la izquierda gira en ángulo de noventa grados como si fuera otra torre. Los y sillares que conforman esta esquina están almohadillados: la típica estructura romana para desviar los impactos de catapulta.
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Sillares almohadillados. |
Tras subir a la parte de arriba me dirijo hacia la otra torre y me llevo una nueva sorpresa, porque el interior está hueco. Entre la maleza se que las paredes están recubiertas de "opus signinium", el cemento que los romanos utilizaban para las obras hidráulicas, es decir, que se trata de una cisterna romana que ocupaba el subsuelo de la torre.




Y con esta vista acabamos el paseo, hasta la próxima entrada.