sábado, 3 de febrero de 2018

UN PASEO POR LA LADERA SURESTE DE LA MONTAÑA DEL CASTILLO

    Hacía tiempo que no subía ninguna entrada, más que nada por falta de tiempo aunque tengo varias cosas en el tintero. La de hoy no es nada especial, tan solo fruto de un paseo matinal por la ladera de la montaña del dos de Mayo en el que fui haciendo fotos sobre la marcha de lo que iba viendo. Algunas de estas fotos fueron hechas a propósito, buscando lugares que  ya conocía pero que no tenía documentados, pero otras son de cosas que me fui encontrando sobre la marcha y que creo que tambien son interesantes.



En esta foto se puede ver por donde discurrió el paseo. 
Nos hallamos en la ladera sureste de la montaña, concretamente en la parte que se halla entre el final de la calle Liria, el cementerio y el camino de Liria. Es una zona donde a simple vista se pueden ver algunos restos arqueológicos muy interesantes y poco conocidos, como por ejemplo este muro que se observa en la parte inferior de la fotografía y sobre el que volvemos enseguida con más fotos.
 Mi intención era empezar el paseo en esta zona, documentar el muro y a continuación subir hasta la zona en obras de restauración del castillo que se ve en la parte superior de la foto  para fotografiar un tramo de muralla ibérica próximo.








Nada más empezar nos encontramos con estos restos de muralla ciclópea de tipo íbero que podemos ver en otros puntos de la montaña, como por ejemplo en las zonas excavadas por Pierre Rouillard en el 76 (la torre y muralla íbera que se pueden ver en la senda íbera de la ladera), tambien en algunos puntos de la zona de tres castellets, sobre la calle Vista Alegre y en el mismo muro del llamado "templo de Diana", entre otros lugares. Estos son los más inferiores que he visto, pues se hallan a escasos metros de la parte trasera de los bungalows del camino de Liria.



A escasos metros de estos restos, por la zona situada en el exterior del aparcamiento de un restaurante se encuentra el muro que mencionaba en la primera foto. Se trata de una estructura que a simple vista parece tener cerca de un metro de alto y unos veinte de largo, aunque está semientrerrado y cubierto de chumberas, por lo que podría tener mayores dimensiones.  Este muro es de tapial y piedra y en mi modesta opinión  podría ser medieval.




   Este muro ya lo había visto hace años, pero a escasos metros de él en dirección sur me encontré con una estructura que no conocía y que me llamó la atención enseguida.




  Se trata de estos restos que se pueden ver marcados en el interior del círculo. A simple vista se ve que forman un cuadrado. Desde donde me encontraba estaba complicado acceder y no pude verlos de cerca, pero a simple vista se nota que forman una estructura cuadrada o rectangular elaborada con sillares. Tampoco pude comprobar si era una estructura de piedra en seco o estaban unidos con argamasa. Podría ser la cimentación de un torreón, pero tambien restos modernos de alguna casa de aperos, bancales, etc. Queda pendiente una visita más detallada.





   A continuación me dispuse a ascender hacia la parte superior de la montaña, mi objetivo era este lienzo de muralla que se puede ver justo debajo de los andamios. Es un tramo accesible para cabras, es decir: no os recomiendo que subáis por donde yo lo hice, pero como  me he criado allí al lado no era la primera vez que lo hacía.  



Añadir leyenda

   Tanto en esta zona como en el resto de la ladera de la montaña el suelo está literalmente tapizado con cientos de fragmentos de cerámica de todo tipo: tejas, ladrillos, cacharros, etc. Normalmente los que te encuentras en superficie son los más modernos, pero debido al arrastre de las lluvias tampoco es difícil dar con fragmentos de sigilata romana, cerámica medieval, islámica, etc. Hay que tener en cuenta que en épocas antiguas el servicio de recogida de basuras y trastos del castillo consistía en lanzarlos  muralla abajo.



   Por fin llegamos arriba. Vista de cerca estos restos de muralla resultan ser un lienzo que -tal como se puede ver en la foto- continua  a la derecha formando el arranque de una torre cuadrada.





 Los bloques de piedra fueron consolidados con cemento en algún momento no hace mucho tiempo, me aventuraría a decir que es la clase de "trabajo" que se puede ver en "restauraciones" como las llevadas a cabo en el teatro romano en los años 50-60 del pasado siglo. A pesar de lo chusco de la solución al menos ha evitado el derrumbe, cosa que no podemos decir de otras partes del castillo.
Aquí nos podemos hacer una idea del tamaño de los bloques de la base. Posiblemente se trate de estructuras ciclópeas íberas remodeladas en época romana.

Una vez arriba viene la primera sorpresa: la continuación del muro hacia la izquierda gira en ángulo de noventa grados como si fuera otra torre. Los y sillares que conforman esta esquina están almohadillados: la típica estructura romana para desviar  los impactos de catapulta.


Sillares almohadillados.


 Tras subir a la parte de arriba me dirijo hacia la otra torre y me llevo una nueva sorpresa, porque el interior está hueco. Entre la maleza se que las paredes están recubiertas de "opus signinium", el cemento que los romanos utilizaban para las obras hidráulicas, es decir, que se trata de una cisterna romana que ocupaba el subsuelo de la torre.


  Al lado hay un gran bloque de signinium. Toda esta zona está en el exterior de la plaza de San Fernando, entre la batería de San Jorge y el reducto de Agarenos, una zona muy transformada por las reformas francesas de 1811-1813 en las que posiblemente desaparecería la cisterna. 



 En la esquina de esta torre también hay un sillar de grandes dimensiones que tiene una hueco labrado, se trata de los huecos que hacían los canteros romanos para introducir unos garfios que permitían izar los bloques de piedra con las grúas. 

La batería de San Jorge vista desde abajo tiene un aspecto imponente.




Antigua puerta de época napoleónica que daba acceso a un camino de ronda por el exterior del castillo.



Cerca de allí  se ven otros restos de muralla, pero el acceso era complicado y lo dejé por imposible.





                             Y con esta vista acabamos el paseo, hasta la próxima entrada.